lunes, 20 de abril de 2015

La amnistía de la vergüenza

Lo decíamos en su día: la amnistía fiscal no es solo un despropósito, sino una medida contraproducente y una señal perversa de cara a los defraudadores. Aún provoca más bochorno ver cómo se diseñó para limpiar el expediente de muchos vips por culpa de los cuales los demás pagamos mas.

Y ahora conocemos que de los 31.484 beneficiarios de esta medida de gracia, entre los que estaban desde el extesorero del PP, Luis Bárcenas hasta miembros de la familia del expresident de la Generalitat, Jordi Pujol; 705 (bueno,704 porque uno ya sabemos que es el exvicepresidente del Gobirerno Rodrigo Rato) son o han sido personas políticamente expuestas (presidentes, ministros, secretarios de Estado, altos funcionarios, militares, jueces, diplomáticos y otros).

También sabemos que 300 son investigados por indicios de blanqueo de capitales. Y es que, al aprovechar la amnistía quedan limpios de cara a posibles delitos fiscales (increíble, pero cierto), pero no para otros

¿En qué país vivimos? Personas que han gestionado dinero público y que nos han exigido a los demás pagar impuestos se han beneficiado de una medida de gracia aprobada por compañeros o colegas con la que pueden eludir responsabilidades pese a haber tributos. Eso sí que es retorcer la legalidad hasta desvirtuarla por completo. Ciertamente, en en 2012 no se amnistiaron posibles delitos fiscales sino a la propia vergüenza.

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