Entre lo que se recauda y lo que debería recaudarse hay una brecha. Y no es pequeña. Son muchas las voces que reclaman que se analice el fenómeno. La Generalitat de Catalunya se ha propuesto estimarla, junto con expertos. Los gestores administrativos catalanes avalan esa idea.
Y es que no todo es fraude. Los británicos son de los que tienen más estudiado el fenómeno. En su último estudio la situaban en el 6,8%, lo que significan unos 47.000 millones de euros. Por impuestos destaca el IRPF, cotizaciones sociales o rendimientos del capital, con el 36% del total; seguido por el IVA, con el 36% y el impuesto de sociedades,con el 11%. El 44% corresponde a pymes, el 27% a grandes compañías, el 16%, a comportamientos criminales y el 13% a individuos. En cuanto a los comportamientos, el 17% es economía sumergida; el 17%, fraude organizado; el 13%, interpretaciones legales; el 12% descuidos, olvidos y otros fallos; el 12%, evasión fiscal; el 9%, elusión o planificación fiscal agresiva y el 8% a errores.
En España, con una economía sumergida situada entre el 19% y el 24% del PIB, cada año se escapan de las arcas públicas al menos 80.000 millones de euros. Ya solo eso casi duplica todo el 'tax gap' del Reino Unido, que es una economía del doble de tamaño. Según las estimaciones de la hacienda británica, las arcas públicas del país dejan de ingresar unos 8.000 millones por la economía sumergida, la décima parte que en España.
En resumen, urge contar con estimaciones de lo que se debería recaudar en comparación con lo que efectivamente se obtiene y dejar de andar a ciegas.
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